jueves, 8 de noviembre de 2012

Los líderes no se pasman

Malos, muy malos los momentos para terceras posiciones. Playa Girón, Hugo Chávez.
De un intercambio de mensajes:

Ahora están llorando y tratan de explicar su fracaso. Ni siquiera pueden reivindicar su argumento predilecto: el fraude electoral. Lo cierto es que la jugada de Chávez estaba cantada. Y tú lo sabes, tan bien como yo. Ese tipo de personaje suele ser invencible. Es que establecen una relación con las masas que es privilegiada y que solo se produce en períodos muy largos. Porque es necesaria una acumulación muy específica de miseria y de división de clases para que los haga brotar. Lenin. Mao. Ho Chi Minh. Fidel Castro. Zapata. Pancho Villa, El Tábano. El mismo Stalin, como heredero de Lenin; Trotsky no competía ahí por sus impedimentas como intelectual, en fin, que no tenía ese ingrediente de brutalidad tan necesario y sin duda atractivo que requiere un conductor de pueblos. En fin, que los primeros en elegir a Chávez fueron las clases dominantes de Venezuela. Ellos hicieron de ese país un pozo de corrupción y de miseria. Igualito que los cubanos de Miami. Yo se los digo: “No jodan, que si alguien inventó a Fidel Castro fueron ustedes”. Y, vamos, contra este mesías pachanguero y deslenguado de Chávez no hay programa de tibias reformas que pueda ni arañarlo. ¿Te acuerdas de la famosa tercera posición de Rivero cuando lo capturaron en Playa Girón? Es la misma mierda. Recuerda que nunca la reforma puede contra una revolución. Las reformas tienen su momento, que es siempre antes de la revolución. Para impedirlas, si se quiere. Son contrarrevoluciones preventivas, contrarrevoluciones nobles. Pero después que ese dique se rompe, hermano, después que ese dique se rompe, no hay Dios que pare el torrente. En fin, que si yo hubiese sido venezolano y hubiera estado en Venezuela, ya tú sabes por quién hubiera votado. Y muy flojito Capriles. Flojito. Y sus seguidores, peor. Es la gusanera venezolana. Imagínate que en 1961, en Cuba, uno de aquellos políticos de la era del bombín hubiese tenido un chance de participar allí en unas elecciones con un lema de más o menos, coño, caballeros, suave sobre la lija. Esa no existe. En cuanto a Capriles, aún es joven. Y de izquierda. Que es el gran problema de la derecha venezolana, que Capriles no juega en su banda. Ya verán a los cubanos tallándolo. Es decir, la Inteligencia cubana. Capriles es un cuadrito. El mismo Chávez, herido de muerte, puede ser el mediador. Y así pasan los días. Y varias semanas después de las elecciones, siguen llorando. Y El Nuevo Herald —habitual—, de caja de resonancia.

Nota: Capturado durante la fallida invasión de Playa Girón (Bahía de Cochinos) en 1961, Felipe Rivero cobró una breve relevancia política por encarar en un debate televisivo a Carlos Rafael Rodríguez, uno de los más prominentes comunistas al lado de Fidel, en el que Rivero defendió una supuesta vía alternativa para la Revolución Cubana —la ahora memorable “tercera posición”.

Nota 2: La era del bombín —en buen cubano— comprendería las tres primeras décadas del siglo pasado.